Estoy está indignada, esto de ser madre y emprendedora es duro: necesito días de 48 horas y encima desde la Administración no lo ponen nada fácil: citas previas, colas, papeleo, etc. Además según Hacienda llevo años siendo empresaria y yo sin saberlo. Luego, para colmo…
¡Suscríbete a “Hoy tampoco duermo”! Lo puedes hacer desde Itunes, Ivoox y otras plataformas. Así podrás estar al día de cada nuevo epiosodio, descargártelos, y escucharlos donde quieras. ¡Y no te olvides de dejar tu valoración de 5 estrellas y tu comentario! Nos ayuda, no veas como. ¡Mil gracias! : )
Hola buenos días, venía a renovar mi certificado digital, ¿Dónde tengo que ir? Tenía cita, ahora a las 11.
Ahh, que coja ticket y me llamarán, no pero le he dicho que ya tengo cita, he cogido cita previa.
Que eso da igual, vale, ¿Y cuánto tengo que esperar?
Que depende, media hora, una hora, quizá más. Ahh, vale, fenomenal, gracias…”
Como habéis oído. Al final la espera fue de casi hora y media. Tenía que ir, mi certificado digital, el que uso para firmar en Hacienda, en el Colegio de Arquitectos, etc, caducaba en dos días así que después de ir aplazándolo y anulando citas a esta no podía faltar.
Es de locos, me saco un certificado digital, repito DIGITAL, para no tener que ir físicamente a ninguna oficina y poder resolver mis papeles desde casa y, ¡ohh cosas de la vida!, cosas de nuestra administración, tengo que ir a la oficina físicamente, para renovar mi certificado digital. Por si fuera poco me exigen que pida cita previa, bueno, vale, será que por fin se han acabado las colas y las esperas, uhh, en algo hemos mejorado, pero no, pides cita y esperas igual o más que antes.
Me desesperan, el papeleo y los trámites administrativos, me sacan de quicio. Mi tiempo, el que tengo disponible para trabajar, para sacar adelante el proyecto de Cleoveo, comienza a las 10, cuando dejo a Leo en la guardería y termina a las 3, cuando lo recojo. Y seamos realistas, a las 10 nunca empieza porque tengo que recoger la casa, preparar la comida y desayunar. Eso sí creo que nadie hace todo esto en menos tiempo y cada día sigo mejorando mi marca personal. Pero aun así hasta por lo menos las 11, no estoy sentada en mi despacho y lista para empezar, así que la mañana en la que no queda más remedio que salir a encargarme de resolver alguno de estos temas me pongo de muy mal humor. He comprobado que lo mejor es pensar que voy a perder toda la mañana y si después hay suerte y saco algo de tiempo considerarlo como un gran regalo.
Cómo estirar el tiempo
Esto no quita para que consciente o inconscientemente mi cabeza esté funcionando las 24 horas. Sin ir más lejos, escribí mentalmente este episodio hace un par de noches o tres y lo rematé el fin de semana. No sentada en mi despacho, claro, sino mientras hacía alguna otra cosa. Creo que con este nuevo ritmo de vida que llevo mi cerebro se ha acostumbrado a trabajar a deshoras, por decirlo de alguna manera, y a aprovechar cualquier acontecimiento, tarea o desplazamiento para pensar nuevas ideas o estrategias, modificar lo que todavía no funciona, eliminar lo que sobra y, por supuesto, responder mensajes, actualizar redes y consultar páginas, por no hablar de escuchar podcasts, que ahora, con esto del marketing digital, se han convertido en mi universidad sobre ruedas.
Y es que el tiempo, creo que desde que tengo uso de razón, ha sido mi mayor problema, una angustia vital. Siempre, me ha faltado tiempo, siempre he deseado días de 48 horas y más de una vez este ha sido el primer deseo en mi carta a los Reyes Magos.
Dirás entonces que vaya drama ha tenido que ser la llegada de Leo. Es verdad que era mi mayor temor pero, como ya has ido escuchando a lo largo de estos primeros episodios, me ha servido para darme cuenta de lo que sobra en mi vida y de lo que realmente es imprescindible. Me ha servido para por fin aprender a decir NO a todo aquello que me aparte de mi objetivo, y para no perder ni un minuto de tiempo. Y de esto último me he dado cuenta también ahora, de la cantidad de tiempo que perdía o, mejor dicho, de la cantidad de tiempo que empleaba en hacer muchas cosas que ahora sí o sí, he de hacer en menos tiempo.
Pero, ¿por qué tener que estar así todo el día cronometrando el tiempo?. Cómo me gustaría ir despacio por la vida, saboreando cada instante y sin correr literalmente, para llegar a todas partes. Supongo que la culpa de esto es en gran parte mía, soy genéticamente así, pero en parte también es de la sociedad en que vivimos, ¿Del progreso? ¿Esto es progreso?
Por las noches, cuando por fin todo está en calma y me dispongo a dormir, he de imaginarme algo tranquilo que logre parar de una vez esa actividad frenética de mi cerebro y me ayude a conciliar el sueño. Entonces me imagino algo como esto:
Una casa sencilla, austera y solitaria a pocos metros del mar, lo suficientemente cerca como para oír el rumor de las olas y la brisa marina. Por supuesto cuidadosamente proyectada, una casa donde no sobre ni falte nada, muy práctica y con una armónica composición y una proporción áurea. En la que yo sola, los días en los que estoy muy harta de todos, o acompañada por Edu, pasamos el tiempo, escribiendo él y diseñando yo. El dinero en ese sueño no es un problema, no somos millonarios pero tenemos lo suficiente como para vivir el resto de nuestros días haciendo únicamente lo que verdaderamente nos gusta.
Días en los que hay tiempo para pasear, para ver crecer a Leo, para charlar tranquilamente con un par de buenos amigos, o para ver una película sin que nos interrumpan o estemos agobiados por el reloj. Por supuesto tenemos servicio, un amable matrimonio que limpia la casa, realiza todas las labores de mantenimiento necesarias y prepara una deliciosa comida. Eso sí, me temo que la casa ha de tener internet a alta velocidad. Vamos, la versión moderna de “Al monte con la cabra”. Normalmente, no he terminado de distribuir y amueblar esa casa cuando ya estoy dormida, al menos hasta que Leo vuelve a despertarse…”
Pero, por una u otra razón, la cosa es así y al despertar hay que comenzar de nuevo a acelerar. Supongo, además, que esta imparable actividad mental, esto de estar maquinando todo el día, nos ocurre a todos los que de una forma u otra estamos emprendiendo algo, y en el fondo nos encanta, no podemos evitarlo.
Papeleo administrativo para emprender
Pero en lugar de poder ocupar nuestros pensamientos en lo realmente importante nos despertamos pensando que tenemos que renovar un certificado, darnos de alta en alguna actividad o que, ¡ohh Dios mío hoy es día 20 y no he presentado la declaración de IVA trimestral! La Administración, en lugar de intentar facilitarte las cosas, te lo pone cada vez más difícil, y esto no es muy alentador.
El otro día me enteré de que llevo siendo empresaria desde 2004, año en el que justamente acabé la carrera y entré a trabajar de manera seria en el primer estudio de arquitectura. Y yo sin saberlo, qué importante debo ser. Así que me he quedado sin esa tarifa plana reducida que te ofrecen los primeros 6 meses y sin la posibilidad de solicitar ninguna ayuda para nuevos emprendedores. Y como el mío este también es el caso de muchos otros arquitectos. Pero empecemos por el principio:
No sé si sabes, si te estás planteando emprender, que como muy tarde en el momento en que empieces a recibir ingresos, tienes que darte de alta en dos sitios fundamentalmente: En Actividades Económicas, seleccionando el epígrafe que corresponda a tu tipo de actividad, y en Autónomos, en la Seguridad Social vaya, donde lo que haces es, básicamente, pagar para tener un seguro médico. Se supone que también pagas para tener algún día derecho a jubilación pero yo hace tiempo que no cuento con ello.
El caso es que a los arquitectos, cuando terminamos la carrera y entramos a trabajar en un estudio, que suele ser nuestra primera salida profesional, no nos hacen un contrato laboral. Nos contratan como autónomos, es decir no nos contratan, figuramos como “colaboradores”.
Como autónomos que somos, desde el primer día tenemos que darnos de alta en el IAE y en Autónomos, lo que te comentaba hace un momento. Lo bueno es que aprendemos a lidiar, ya desde el principio, con todos estos trámites, papeleo, IVAS trimestrales, resúmenes anuales, etc. Ya sabéis, fundamental ver primero el lado positivo. Lo malo es que todas esas grandes o pequeñas ventajas que tienes inicialmente cuando emprendes un negocio propio ya las has perdido porque llevas siendo empresario desde el mismo día que te graduaste.
Esto es ilegal, de hecho lo es, como autónomo no puedes estar trabajando por cuenta ajena en un despacho que no es el tuyo y con un horario impuesto por otros. Pero no te queda otra, es esto o nada y desde ahí arriba parece que pasan de vigilarlo. Para los estudios de arquitectura son todo ventajas. Cuando empiezas a despuntar y te vas o quieren que te vayas, lo haces con una mano delante y otra detrás, es decir, ni paro, ni indemnización, ni “na de na”.
Pero volviendo al lado positivo de las cosas, los arquitectos podemos considerarnos como emprendedores natos. Así que si este es tu caso estás de suerte. Para colmo, ayer leo esto:
La droga da placer, pero destruye el resto de fuentes de felicidad de una persona, como la familia y amigos. “Los niños son como la heroína” Los padres dejan de practicar sexo, salir con los amigos o acudir a conciertos. “Muchas madres me dicen que sus hijos son su mayor fuente de felicidad y yo les respondo que tienen razón. Si solo tienes una fuente de felicidad, es tu mayor fuente de felicidad” Entonces,… asumámoslo: Hola, me llamo Cristina y soy drogadicta….”
Gracias por estar ahí, al otro lado. Por hacer que esto exista, que sea posible, por tus valoraciones de 5 estrellas en Itunes, por tus comentarios, por tus corazones de me gusta en Ivoox, por hablar de este podcast y de Cleoveo, por seguir luchando por perseguir tus sueños, por ser como eres.
Escríbeme, me encantaría saber quién eres, si no puedo verte o escuchar tu voz, al menos sí leer tus palabras, que me cuentes lo que te gusta y lo que no de este programa, los temas que te interesaría que tratásemos en ese próximo café, tus sueños, inquietudes,… Como ya sabes, me puedes encontrar en contacto@cleoveo.es, en las redes como @EspirituCleoveo o aquí mismo donde puedes dejar tu comentario. Te contesto seguro.
Un abrazo y nos vemos en el próximo episodio, si tú quieres, claro : )
Interacciones del lector