En el segundo episodio de «Hoy tampoco duermo» te voy a contar cómo surgió el proyecto de Cleoveo. Hoy en día lo llaman ideas de negocio. Para contártela me remontaré tiempo atrás para explicarte brévemente quien soy y de donde vengo. Podrás asistir en directo al nacimiento de la idea durante una noche muy productiva : )
Descubre «Hoy tampoco duermo» en Itunes, Ivoox, y otras muchas plataformas. Suscribirte desde alguna de ellas es la mejor manera de tener acceso a todo el contenido del podcast y escucharlo donde y como quieras. Si te gusta este programa, si te gusta este episodio, déjanos tu valoración de 5 estrellas y tu comentario en Itunes. Nos ayudarás mucho a crecer y a difundir este programa y no te imaginas la ilusión que hace. ¡Muchas gracias! Estos contenidos son los que podrás escuchar en el episodio de hoy. En audio que mola mucho más : ) Comenzamos:
Índice de contenidos
Por qué hoy tampoco duermo
Hola y bienvenido al segundo episodio de “Hoy tampoco duermo”, porque, efectivamente, hoy tampoco ha tocado dormir. Leo, me las estoy apuntando y te lo recordaré cuando crezcas, te lo prometo. Son ya 16 meses y aquí sigo esperando a que duerma algo. Si ahora tuviera la oportunidad de pedir un deseo lo tendría claro: pediría dormir. No digo ya 8 horas, eso no sería un deseo cumplido, sería un milagro. Con 6 horas seguidas me conformaría, vaya que sí. ¿Tienes alguna solución para esto? ¿un consejo? ¿algo? ¿Compártelo conmigo por favor?
¿Que qué le pasaba hoy? Si quieres te lo paso y que te lo cuente porque yo no tengo ni idea: mocos, no, fiebre, no, hambre, no, muelas, esta vez tampoco. ¿Mimos? ¿mamá, mamá,…? Una pena que aún no sepa hablar.
Pero vamos a lo que vamos, Hoy tampoco duermo es un podcast donde te voy a explicar paso a paso la creación, el desarrollo y el éxito o fracaso de Cleoveo, la empresa que estoy poniendo en marcha.
Como una niña con zapatos nuevos
Estoy como una niña con zapatos nuevos : ) ¿Notas algo en el ambiente?, o mejor dicho, ¿no notas nada en el ambiente? Si es así es buena señal, es que la cosa funciona. ¿No lo adivinas? ¡Efectivamente! ¡Tengo micrófono nuevo con auriculares incorporados! Lo digo por si te quedaste sordo con tanta reverberación en el primer episodio. Desde aquí te pido disculpas. Soy una impaciente nata y lo grabé un poco en precario. Tanto Oscar (Óscar Feito) como Joan (Joan Boluda) y Víctor (Víctor Correal), –Las personas que han hecho que nazca este podcast-, me han echado un poco la bronca, y con razón, así que les he hecho caso y me he comprado este micrófono. No es que sea el mejor ni mucho menos, y por supuesto tampoco es el mítico Blue Yeti, pero espero que por ahora cumpla su función.

La impaciencia: ¿un rasgo femenino?
¡Impaciente, impaciente, impaciente! Al final me lo he terminado creyendo, y seguramente será verdad, pero, ¿opinas tú también que todas las mujeres lo somos? ¿Es algo que está grabado en nuestro código genético y de lo que no podremos desprendernos jamás? Esto opina Edu. Bueno, no sabéis quien es Edu. Edu es….mi compañero de penas y alegrías, amante y padre de la criatura, marido en términos fiscales. Pero, cuéntame, ¿tú qué opinas? ¿Hay alguna mujer no impaciente en la sala? Sería un gran alivio saberlo. ¡Reivindiquemos la no impaciencia de las mujeres!, y si no puede ser, entonces, ¡reivindiquemos nuestro derecho a la impaciencia! Sigamos.
Quién es esta madre emprendedora
Hoy quiero contarte cómo surgió el proyecto de Cleoveo y para ello tengo que rebobinar un poco la máquina del tiempo y explicarte brevemente quién es esta loca madre emprendedora y de dónde vengo:
Era sé que se era una niña que soñó y soñó y un día despertó. Que estudio arquitectura pensando en el Arte y en los grandes proyectos. En la magia de una idea llevada a la práctica. En un arquitecto como creador desde la nada. En clientes que escuchan y admiran a su arquitecto. En planos perfectamente compuestos como carteles. Y en obras donde lo importante no es el dinero sino una construcción bien ejecutada, fiel a un proyecto preciso, objeto útil para el cliente, y valioso para el entorno, ¡oh cándida inocencia!
Lo que vio al despertar no fue nada de esto. Lucho muchos años para adaptarse, trabajó duro aquí y allá buscando su lugar, sin conformarse, sin parar. Siempre valorada y destacada por su gran capacidad. Diversificando en tiempos de crisis para seguir adelante, para llegar, para encajar, pero un día el sueño se convirtió en necesidad. Leo llegó y hubo que parar.
Sí, eso es, andaba metida en mil líos, trabajando en todas partes y ocurrió: ahí estaba encargado no sé por quién y con fecha de envío. Pero yo tenía que ser una super mamá así que estuve trabajando hasta el día antes del parto y de vuelta unas semanas después de su nacimiento. Hasta que un día tuve que agradecer a Leo su falta de sueño y su hiperactividad. No podía seguir su ritmo, no podía más, o alquilábamos a una nueva mamá por horas o yo dejaba algo de todo aquello.
Vino el verano y tuve algo de tiempo para pensar y hacer cuentas. Cabían dos opciones: opción 1, guardería+niñera=X por 2 elevado a la n cuando mi sueldo era x/2 + no disfrutar de la experiencia única de verlo crecer y estar a su lado u; opción 2, dejarlo todo o casi todo y dedicarme por entero a ser mamá. Leo=infinito y más allá.
En aquel momento las hormonas ganaron la partida por goleada pero esa no acababa de ser yo, esa no era la inquieta, soñadora y cabezota que siempre había antepuesto su carrera profesional al resto de cosas, la que siempre había querido crear algo por su cuenta. Así que ese carácter afloró de nuevo, con algunas diferencias claro, porque Leo estaba allí y había llegado para quedarse y yo ya no era solo una mujer sino también una madre. Una madre que quería ser madre y algo más y que, sobre todo, no tenía tiempo para tonterías. O dicho de un modo más dulce: nada de pamplinas.
De paseo con mi bebé
Ha llegado la hora del paseo con tu bebé y el protocolo a seguir manda cambiar pijama por ranita azul con lazos o pololo, camisita con jaretas, y patucos, gorro y chaqueta a juego tejidos con fina lana y adornados con cintas de raso, más sabana de hilo con encajes y bodoques. Mamá tiene 30 minutos para dar su paseo y va a perder 20 en preparar al pequeño y convertirlo en un pimpollo enlatado con lazo de regalo que al poco habrá que cambiar porque, oh vaya, se ha manchado.
Así lo veía yo y no estaba dispuesta. El niño salía a pasear en pijama antes que perder el tiempo en algo sin sentido que no le beneficiaba ni a él ni a mí y que, además, no me gustaba.
No encontraba ropa para Leo: una prenda cómoda, adaptada a su edad y desarrollo que le permitiese moverse con libertad; suave y natural para su piel; con un diseño original y creativo, pero no una cursilada con mil lazos y encajes donde solo cabe el azulito para niños y el rosita para niñas, sino algo sencillo que combinara todo eso que los bebés están descubriendo: formas, colores, texturas,….
Y muy importante, que me permitiese hacer un cambio de pañal fácil y rápido y que al vestirlo, sobre todo en esos primeros días como madre en los que pensamos que algo se va a romper dentro de ese cuerpecito, no temiese por su cabeza. Que cuando cogiese a Leo en brazos la ropa no se desarmara y desparramara enrollándose hacia arriba y que siguiera siendo un bebé y no la copia en miniatura de su padre. Mucho tiempo hay después para vestirlo de mayor, con lo rápido que crecen. En definitiva mi filosofía de vida y la de este proyecto.

Ideas de negocio: la noche que surgió todo
Una vez más, aquellas noches de insomnio obligado que han dado título a este podcast fueron claves para forjar el proyecto. Una de ellas, ya después de varias semanas mascando algo en mi cabeza, encontré lo que estaba ahí y no había visto. Hoy lo llaman ideas de negocio. Para mi fue algo que reunía todas mis habilidades y experiencia profesional, que me apasionaba y que resolvía un problema.
Esa noche ya no pude dormir más, serían las 3 o 4 de la mañana cuando Leo se volvió a dormir y me levanté. Me fui a mi despacho y me puse como loca a tomar notas en una libreta y a llenarla con mil bocetos. Mi cabeza iba muy deprisa, había tantas ideas que plasmar… Tenía que apuntarlo todo porque seguro que a la mañana siguiente ya no me acordaría. Pero por otro lado, sentía que aquello era un poco inútil.
Estaba segura de que al despertar, eso que en ese momento parecían ideas geniales, serían tonterías utópicas. ¿Nunca te ha pasado esto? A mí cuando estudiaba arquitectura me ocurría constantemente. Siempre que estaba dándole vueltas a un proyecto soñaba con ideas fabulosas y pensaba: ¡ya lo tengo!, pero a la luz del día toda esa estructura perfectamente encajada en la que forma y función armonizaban de maravilla a través de una idea poética perdía fuerza y sentido, no funcionaba.
Pasada la noche tuve miedo de revisar mis notas por si aquello ocurría. Estaba tan ilusionada. Pero al verlo no me pareció tan descabellado. Desde luego quedaba mucho por hacer, todo por hacer, eso era sólo el germen de lo que vendría después, pero ahí estaba el boceto del primer mono para bebés Cleoveo.
Apoyo para emprender
La primera crítica estaba superada pero, ¿qué pensarían los demás? Qué pensarían Edu o mi madre cuando les dijera: voy a dejarlo todo por esto. Nunca les agradeceré bastante su apoyo incondicional desde el primer momento y lo mucho que han creído y siguen creyendo en mí. No podía dejar pasar la oportunidad, tenía que intentarlo al menos, era ahora o nunca. Contar con apoyo para emprender es vital.
Les pedí que guardaran absoluto secreto, no por temor a que copiasen la idea sino por miedo al ridículo. Si al final todo aquello no era más que una tontería inviable mejor que nadie más lo supiera. Entonces comencé a desarrollar mi pequeño gran proyecto, comenzaba la aventura Cleoveo.
Y hasta aquí el segundo episodio de Hoy tampoco duermo que termina no sin antes agradecerte las felicitaciones que me has hecho llegar, las ya casi 150 escuchas en Ivoox y otras tantas en Itunes del primer episodio, esa valoración de 5 estrellas y tu gran acogida. ¡Parece que te ha gustado! No sabes la ilusión que me hace. Sin ti esto no existe, te necesito ahí, al otro lado, y no sabes lo que me ayudaría que te suscribas, que comentes y valores con 5 estrellas el podcast, le des a me gusta y lo compartas.
Coméntame aquí abajo lo que quieras. Me apetece mucho conocerte, saber qué te gusta y que no del programa, tus dudas, sugerencias, … Yo estaré aquí, al pie del cañón, para contestarte.
Un abrazo y nos vemos en el próximo episodio, si tu quieres, claro : )
Interacciones con los lectores