Pensando cómo abordar este artículo sobre el Síndrome del Nido; también llamado, según dicen, «Instinto de Anidamiento»; me di cuenta de que lo mejor era compartir mi propia experiencia y aportar, además, los datos objetivos o más científicos que he ido recogiendo a cerca del tema.
Lo que yo viví fue desde luego un Síndrome del Nido multiplicado por dos y elevado a la enésima potencia, y al comenzar a escribir me he acordado de esos chistes que comienzan con la pregunta: Cuál es el colmo de un cazador, de un electricista, de un fontanero, etc. En este caso, en mi caso, la pregunta sería: ¿Cuál es el colmo de un arquitecto? A lo que respondo: ser mujer, quedarse embarazada y sufrir el Síndrome del Nido. Después de leer el artículo te aseguro que estarás de acuerdo conmigo.
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¿Qué es el Síndrome del Nido y cuáles son sus síntomas?
El Síndrome del Nido es un tipo de conducta que sufren algunas mujeres, sobre todo madres primerizas, en los últimos meses del embarazo producida por alteraciones hormonales que provocan la aparición de una energía desenfrenada y la necesidad, a veces obsesiva, de organizarlo todo a la perfección para la inminente llegada del bebé.
Como en tantas ocasiones también en este caso podemos echarle la culpa a las hormonas que lo ponen todo patas arriba y nos llevan a situaciones como esta. Según los estudios realizados se producen cambios físicos y emocionales.
Desde el punto de vista físico ese aporte extra de energía nos mantiene activas y nos pone en forma para el gran esfuerzo que supondrá el parto. A nivel emocional sufrimos un cúmulo de sentimientos mezcla de temor, o casi terror muchas veces, de una ilusión casi indescriptible, y también de preocupación. Una personita completamente desconocida que cambiará nuestras vidas, y que no sabemos todavía como afrontar, está a punto de llegar y no queremos olvidarnos de nada que pueda ser importante.
¿No te parece casi un milagro que dentro de nuestro ser estemos dando vida a una pequeña criatura? Millones de células están desarrollándose e interactúan entre sí para formar un complejo organismo dotado de todo lo necesario, no solo para sobrevivir, sino para ser único y especial. Cada célula tiene una misión diferente, no puede fallar, y nosotras lo estamos haciendo posible. ¡Casi somos capaces de sentir cada una de esas sinapsis! ¡Cómo no querer que todo esté a punto para su llegada, cómo no sentir miedo e ilusión a la vez! Cómo me gustaría que también Edu, el papá de este bichito, y el resto de padres, pudieran sentir todo eso.
La verdad es que el término elegido para denominar a esta especie de manía por el orden y la limpieza es muy acertado porque es algo muy similar a lo que hacen las aves para poner sus huevos y empollarlos cómoda y cálidamente hasta el nacimiento de los polluelos. Ramita a ramita construyen un confortable nido que los protegerá del frío, el viento o la lluvia.
¿Cómo saber si vas a sufrirlo o lo sufres ya?
Si eres tranquila y relajada, si eres capaz de tomarte las cosas con calma, o sencillamente te dejas llevar y aceptas lo que nos va deparando la vida, es probable que no sufras este síndrome o que los síntomas sean muy leves. Seguro que cuando llegue el bebé tendrás preparado lo necesario pero no te habrás dedicado a limpiar hasta el último cajón recóndito de la casa u ordenado incluso aquella estantería que hace años que nadie necesita.
Sin embargo, si eres una de esas mujeres inquietas a las que le gusta tenerlo todo bajo control, muy ordenada, perfeccionista, y activa, tienes todas las papeletas para sufrir este síndrome. Si además te gusta el diseño, se te dan bien las manualidades y los arreglos, o eres arquitecto, dudo que puedas evitar padecerlo.
Por cierto, parece que los futuros padres también pueden sufrir los síntomas así que si notas que tu pareja desarrolla un instinto de sobreprotección e hiperactividad excesivas háblalo con él, apoyaos mutuamente y sobre todo déjate cuidar y querer : )
En mi caso no había duda, soy una mujer hiper perfeccionista que necesita que cada cosa tenga su lugar, de esas que antes de cocinar se lo piensan dos veces para ensuciar lo menos posible y que no pueden comer tranquilas si no está todo antes reluciente, de las que no son capaces de acostarse con el fregadero lleno de platos o la lavadora sin tender, y de las que necesitan una buena lista organizada de tareas preparadas para el día siguiente. Por si fuera poco soy diseñadora, arquitecto y una manitas muy apañada así que te puedes ir imaginando la que se lió por aquí durante mi embarazo, ahora te cuento.
Cómo vive el Síndrome del Nido una futura mamá arquitecto
Los primeros síntomas, según datos científicos, suelen aparecer a partir del sexto mes pero en mi caso al tercer mes ya estaba a tope, repleta de energía y con mil ideas apretadas dentro de mi cabeza. Creo que si no empecé antes fue porque mi trabajo me lo impedía. Te cuento como se desarrolló mi loca experiencia:
Ese iba a ser nuestro último verano solos así que decidimos hacer un viaje de esos para recordar. Además, todavía teníamos pendiente el viaje de novios, una larga historia que dejo para otro día, así que ese era el momento. Teníamos en mente otros destinos pero pensando en mi embarazo nos decantamos por algo tranquilo y reservamos 10 días en la Riviera Maya en un hotel de lujo solo para adultos.
La verdad es que a Edu no le gusta viajar, el ama su rutina diaria, y si le convencí fue asegurándole que allí podría escribir, leer, tener su rato diario de gimnasio y hasta tocar el piano. Pero, ¿qué iba a hacer yo durante todo ese tiempo? Muy fácil: cuaderno, bolígrafos de colores, regla, escalímetro y tableta con wifi en mano perpetré mi gran plan para poner patas arriba toda la casa, planta por planta, habitación por habitación, tirando y poniendo tabiques, cambiando puntos de luz, pintándolo todo y modificando gran parte del mobiliario. Por supuesto, como protagonista estrella, la habitación del bebé.
Dirás que para eso me podía haber quedado en casa, quizá, pero esos aires mayas fueron una gran inspiración y un ratito de paradisiacas playas de aguas cristalinas, de leyendas en ruinas lejanas, de cenas de bufé con ricos manjares, y frutas tropicales a todas horas, no vinieron nada mal. Eso sí, me perdí todos los tequilas, licores y cócteles de por allí, todavía se me saltan las lágrimas, pero había que cuidar al chiquitín.
Todavía no sé como Edu fue capaz de apoyarme también en esto, desde luego el amor es ciego, sordo y a veces hasta mudo : ), gracias mi amante compañero. Al aterrizar en casa de vuelta ya estábamos a mediados de septiembre y el pequeño Leo llegaría en febrero así que tenía que hacerlo todo en tiempo récord: pasar todos los croquis a ordenador, imprimir los planos, buscar albañil, pintor, electricista y hasta fontanero, restaurar parte del mobiliario, comprar el restante, montarlo, limpiar y reordenar.
En plenas navidades y con 8 meses de embarazo Edu y yo nos tuvimos que trasladar a vivir y a «dormir» a un colchón que tiramos en el salón, el único rincón de la casa donde no toqué nada. Mientras, el resto de nuestro hogar se convertía en polvo de yeso y ladrillos, y las cajas, con todos nuestros enseres, esperaban apiladas en el baño y en el garaje. Ahora, al recordarlo y ponerlo por escrito, se me están poniendo los pelos de punta, desde luego fue una locura.
Salía de cuentas el 22 de febrero y a 2 semanas me encontraba subida en lo alto de una escalera haciendo taladros y dando martillazos para montar el sistema «Stolmen» de Ikea en mi nuevo vestidor, fijando un gran tendedero en el cuarto de la lavadora, montando el resto de muebles de Ikea, cargando, o más bien arrastrando, cajas de aquí para allá, haciendo viajes en bicicleta para buscar el tornillo perfecto o la tela adecuada para forrar los cojines, y rezando para que se retrasara un poquito porque no me iba a dar tiempo a terminar.
Entre tanto no creáis que había dejado de trabajar, seguía dando mis clases de Metodología del Proyecto en la Escuela de Diseño y colaborando con el Colegio de Arquitectos, e iba, casi cada día, en bicicleta hasta allá.
Mi madre y mis suegros me querían matar y en toda la ciudad era conocida como la loca embarazada que va en bici pero os juro que yo me encontraba genial, no tenía ni una molestia y me sobraban las energías. Ahora, desde la distancia, pienso que quizá me pasé un poco de la raya pero prueba de que todo iba bien fue que Leo no se adelantó y casi clavó la fecha anunciada. Quizá el pobre no quería salir viendo lo que le esperaba ahí fuera, menudo ajetreo.
Después de leer mi aventura, o de escucharla en este episodio del podcast que titulé «¿Síndromes de emprendedora?«, entenderás por qué el Síndrome del Nido puede llegar a ser el colmo de un arquitecto. Además, si tu también lo estás viviendo o crees que lo sufrirás seguro que ahora serás capaz de superar esta etapa sin problemas, disfrutarla, y llevarla con algo más de cabeza que yo. Te doy unos consejillos por si te sirven de ayuda para afrontar mejor la situación.
Consejos para embarazadas con Síndrome del Nido
Cuando padeces los síntomas es difícil ponerle remedio, sientes una necesidad irrefrenable de hacer cosas para tenerlo todo listo y piensas que cada una de ellas es absolutamente imprescindible. Cuando los demás intentan que entres en razón no les escuchas y piensas convencida que solo tu estás en lo cierto.
Sin embargo, tampoco hay que dramatizar, los efectos pasarán en cuanto llegue tu bebé, y si te encuentras bien, y no tienes molestia alguna, prepararlo todo hace que te sientas mejor, todavía más ilusionada, y que disfrutes mucho de esa recta final. Eso sí, debes mantener todo esto dentro de unos límites razonables para que no se te vaya de las manos como casi me sucede a mi. Te doy algunas ideas:
No te obsesiones
Cada uno somos de una manera, esto es difícil de cambiar, pero sí es importante conocernos y saber que algo como esto no debe agobiarnos, obsesionarnos ni angustiarnos. Es importante tener algunas cosas preparadas para el parto pero si no es así seguro, segurísimo, que no pasará nada, puedes estar tranquila. Todos vivimos cerca de algún centro comercial y si no fuera así podemos comprarlo online y tenerlo al día siguiente en casa. Por mi experiencia, en lo relativo a las compras para el bebé, es mejor pasarse por defecto que por exceso. Siéntate, escribe una buena lista, e intenta priorizar pensando en las cosas que de verdad sean necesarias.
Pasea, lee, escribe o cocina
Si esa necesidad de hacer cosas es imparable no te obligues a quedarte sentada, esto podría generarte más ansiedad, pero tampoco te arriesgues a correr la maratón. Elige actividades que te gusten y que te mantengan activa sin riesgos como pasear, nadar o algo de bici estática, y si necesitas actividad intelectual puedes leer, ver una buena peli, practicar recetas nuevas para el futuro, escribir, o abrir un blog para contarnos tu experiencia.
Procura descansar
Aunque te encuentres bien recuerda que debes descansar, cuidarte y dosificar tus fuerzas para no acabar física y mentalmente agotada. No creo mucho en eso de «guarda tus fuerzas para el parto y para los meses futuros». Es cierto que el parto es una dura prueba física y que durante los próximos meses, e incluso años de vida, toda tu energía y preparación será poca para resistir largas noches en vela y la vitalidad inagotable de tus hijos, pero no creo que nuestro organismo tenga algo así como una batería capaz de acumular ahora las horas de sueño que luego te faltarán, ojalá. En cualquier caso algo muy importante se está formando ahí dentro y debes cuidarlo cuidándote tu.
No tomes bebidas o comidas estimulantes
Bebidas como el café y el té, o comidas como el chocolate, los platos excesivamente condimentadas o los precocinados, pueden incrementar tu sensación de inquietud y nerviosismo así que lo mejor es que procures evitarlos. Sin embargo no seré yo la que te diga que no a un delicioso trozo de chocolate negro. Ese manjar de dioses no puede hacer daño alguno : ).
Vigila tus posturas
A estas alturas del embarazo habrás ganado unos cuantos kilos y tu tremenda barriga comenzará a pesar más de la cuenta. Tu espalda y tus piernas serán las más perjudicadas por lo que hacer algunos estiramientos bien elegidos, evitar malas posturas y sobreesfuerzos es importante para evitar lesiones.
Ten cuidado con los productos tóxicos
Algunos productos de limpieza, así como la pintura, los barnices, pegamentos, yesos, etc. contienen gran cantidad de sustancias químicas que pueden llegar a perjudicarte a ti y a tu bebé. No creo que sea un tema como para obsesionarse pero consulta bien las etiquetas y protégete adecuadamente a la hora de emplearlos.
Déjate ayudar
Si tienes que hacer algo sí o sí, y hasta que no quede hecho no te lo vas a quitar de la cabeza, no te olvides de que a tu alrededor seguro que existe una futura abuelita deseosa de echar una mano, alguna amiga o tu propia pareja. Déjate ayudar con todo eso que pueda suponer un riesgo para ti en el tramo final del embarazo.
Disfrútalo a tope
Te encuentras en la parte más emocionante del embarazo, tus sentimientos están a flor de piel y sientes cada una de sus patadas. Para mi el embarazo, quitando los tres primeros meses en los que creí morir, fue una de las etapas más felices de mi vida y lo que más siento es que no se podrá volver a repetir jamás del mismo modo ya que nunca podré ser de nuevo madre primeriza. El Síndrome del Nido no deja de ser un aspecto más de la maternidad, un instinto inevitable de amor y protección, así que vívelo a tope, no dejes que te agobie, compártelo y disfruta.
Después vendrán otros momentos inolvidables pero este no se volverá a repetir. La maternidad, como dice mi querida Diana Oliver, de marujismo.com, «…puede despertar nuestra creatividad y nuestra capacidad para “reinventarnos”». De eso no cabe duda pues de ahí han surgido proyectos como este donde diseñamos la prenda ideal para tu bebé y que si quieres te presentamos.
La maternidad es esa maravillosa etapa que nos permite descubrir quiénes somos y establecer las verdaderas prioridades de nuestra vida. Una etapa que puede despertar nuestra creatividad y nuestra capacidad para reinventarnos»
Cuéntame tu locura
La mías ya las conoces, ¿qué locuras has cometido tu poseída por el Síndrome del Nido? Me encantaría conocerlas. Recordando las mías nos hemos reído mucho por aquí y seguro que a las futuras mamás, que pronto comenzarán a sentir los primeros síntomas, les hará sentirse mejor, más comprendidas y hasta arropadas, conocer las vuestras. Aquí debajo puedes dejar tu historia y todos los comentarios que quieras. Los responderé encantada y con mucho gusto.
Un abrazo y feliz embarazo
Magnífico artículo. ¡ Qué bien y que bonito lo cuentas. Me encanta escuchar tus podcast, pero leer estos artículos es relajante y muy agradable. Sigue ahí. Creo que puedes ayudar a muchas mamás
¡Gracias! Ojalá sea así y a todas las mamás les pueda gustar y servir de ayuda como a ti. Un fuerte abrazo
Eres una gran reparadora. Me encanta oír tus podcast y ahora leer tus artículos.
Me hacen pasar un rato relajante é instructivo. Sobre todo recordando mis momentos de madre primeriza.
Sigue haciéndonos pasar estos ratos tan agradables
Sí, parece mentira. En mi caso han pasado apenas 2 años y ya se me estaban olvidando muchas cosas. Escribir este artículo me ha hecho recordar esos momentos. He disfrutado mucho escribiéndolo así que si además os gusta eso es una pasada. ¡Qué ilusión!, gracias.
El día que miniP llegó a casa del hospital estaban terminando de trasdosar con pladur la pared de fachada del salón.
El polvo de la lana de roca, el yeso laminado y la mierda en general, junto con un penetrante olor a cola de contacto lo invadía todo.
Madre e hijo pasaron ese día en la autocaravana de los abuelos del primogénito aparcada a escasos metros de la obra.
La madre no parecía muy conforme con todo aquello.
Pero todos sobrevivimos…
¡Qué bueno Pedro!! Esto nos lo tienes que contar con más detalles en alguno de tus post. Me lo estoy imaginando y no dejo de reír. ¡Pobre madre! Toda una experiencia que le encantará conocer muy pronto a ese pequeñín. ¡Gracias!! Un besazo
Efectivamente esa ráfaga de energía que tienes es una señal de que el parto está cerca, y si a eso le sumamos la ansiedad de la cercanía del nacimiento del bebé, nos lleva a ese estado ligeramente paranoide. 🙂
Hola Mamas10, muchas gracias por vuestro comentario. Dices que esa ráfaga de energía es señal de que el parto está cerca pero la verdad es que en mi caso apareció al tercer mes. Los 3 primeros meses me quería morir, me dolía todo, no me podía mover de la cama y me los pasé vomitando y con nauseas. Sin embargo, fue cumplir 3 meses de embarazo y encontrarme mejor que nunca y con más energía que en mi vida. Esa energía, e incluso insomnio, duró hasta el final. Recuerdo mi embarazo como una de las mejores etapas que he experimentado. Ojalá sea así en la mayoría de los casos, fue muy bonito. Bienvenida esa paranoia :).
Gracias por tu artículo! Ya conocía este síndrome pero me ha ido bien leer las mismas experiencias que estoy viviendo. En mi caso empezó también sobre el tercer mes pero solo organización de listas, al sexto mes ya me empecé a volver loca haciendo planos de la habitación y todas las maneras posibles de colocar cada mueble (incluso la papelera…). Si eres organizada y un poco obsesiva es muy difícil que no se te vaya la cabeza de vez en cuando, pero como dices, si te sabes controlar puedes restringirlo a algunos días de mucha locura. Ánimo a todas y a disfrutar de este momento tan bonito!
Hola Jessica, gracias a ti. Como dices lo importante es disfrutar de ese momento tan bonito aunque se nos vaya un poco la cabeza. Un poquito (controlado) de locura nunca está mal. Seguro que la habitación te ha quedado (o te está quedando) preciosa y no habrá lugar mejor para esa papelera!! 🙂 Un abrazo
Me ha venido genial leer este artículo. A veces poner en palabras lo que le pasa a una es lo que necesita para sentirse acompañada y en fin compartir la experiencia ayuda a otras. Gracias por eso!
En mi caso estoy de 7 meses ahora y hace a tiempo que empecé con las listas, voy tachando lo que compro y me preocupa que en cuanto hay dinero en la cuenta tiro de tarjeta deseando terminar las compras. Menos mal que tenemos dos cuentas y esto se dosifica ya que de la que tiro no es la de gastos básicos pero aún así a veces siento un impulso irrefrenable por comprar tanto cosas para la casa ya que nos mudamos en el segundo trimestre de embarazo como las cosas del bebé y aunque tiendo a dejar las cosas que yo necesito en un segundo plano he terminado comprándome una chaqueta de embarazo y porteo, dos camisones de lactancia, sujetadores, compresas postparto… en fin las cosas de la lista… a veces sólo intento parar a sentir a pesar de esa sensación de tener un exceso de energía y de esos escalofríos que me hacen levantar de la cama en mitad de la noche… donde al final voy decidiendo los detalles y organizando la llegada del bebé. Qué locura!!!
Hola Esther,
Te entiendo perfectamente! Leerte me ha arrancado una sonrisa recordando aquellos meses. Ten por seguro que la mitad de las cosas que estás comprando no te hacen falta, pero hasta que no lo compruebes tú misma no te convencerás . Mi consejo es que, sobre todo, disfrutes lo más que puedas de tu embarazo. Una etapa única. Por lo demás desearte que vaya todo muy bien. Un fuerte abrazo y gracias por recordarme aquellos días 🙂
¡Muy interesante el artículo! Es verdad que las semanas del embarazo son muy diferentes de unas a otras y que cada mujer lo vive de una manera. Al final de la gestación lo que más me costaba a mi era contar las semanas y los meses correctamente. Por ello os dejo un artículo que me sirvió de ayuda.
https://herramientas.elembarazo.net/calculadoras/semanas
¡Enhorabuena por el artículo, es muy completo y práctico! Un saludo
Hola Emma,
Gracias a ti por tu comentario. Dejo aquí el post que nos recomiendas, seguro que será de utilidad.
Un abrazo.