Estás embarazada y todavía no tienes claro si vas a dar o no el pecho. A tu alrededor todo el mundo te pregunta qué vas a hacer y nadie se calla su opinión sobre la lactancia materna. No te preocupes, tómate tu tiempo, no tienes que decidirlo ahora. Quizá lo mejor sea dejarte llevar, esperar a que nazca tu hijo y ver como todo va encajando. Quizá necesites contar con tu pareja para decidir si amamantar a tu hijo es lo más adecuado. En cualquier caso espero que este artículo te ayude a disfrutar de la maternidad y a decidir libremente.
Un año más se celebra la semana de la lactancia materna así que he pensado que podía ser el mejor momento para contarte mi experiencia. No soy pediatría ni especialista en lactancia pero sí una mamá con un niño de casi 2 años y medio que todavía sigue dándole el pecho y que ha podido comprobar que no existen teorías buenas o malas, que cada caso es diferente y que la clave, des o no el pecho, dejes de darlo en tal o cual mes, es que tu bebé y tú os encontréis a gusto con la decisión.
Índice de contenidos
Mi experiencia con la lactancia
Viernes 20 de febrero de 2015, nace un niño sano y fuerte, el más bonito del mundo para sus papás. En seguida se agarra al pecho de mamá que pronto se convertirá en «Mamá Tetilla», parece que todo está en orden. El domingo a medio día ya está la nueva familia de vuelta en casa. Mamá está aterrada; papá, aunque no lo diga, lo está aún más. Ya podían haber dejado que mamá estuviera más días en el hospital, allí todo parecía más sencillo. ¡A por todas!, se dice. Millones de mamás lo han hecho antes, ¿cómo no va a poder ella también? Ha nacido otra super mamá.
El lunes, al levantarse, sus pechos parecen dos sandías grandes y duras. Será normal, está subiendo la leche, se repite. Sus hormonas han caído en picado y se pone a llorar sola como una tonta con el peque entre sus brazos. Lagrimones de cocodrilo corren por sus mejillas y no puede evitarlo. Le duele mucho el pecho y no sabe qué hacer con esa criatura extraña entre sus brazos así que corre al hospital. Tiene la suerte de tener allí a una amiga trabajando en la unidad de pediatría.
Su amiga enfermera, al verla, capta enseguida la situación, estás en esos días, le dice, dándole un fuerte abrazo. Al notar su inmenso pecho se asusta, cancela sus citas con pacientes y le dedica el resto de la mañana: le enseña a masajear su pecho, a ablandarlo, a quitar las durezas con la técnica del PIS para evitar una mastitis ya en camino, a sacar la leche de forma artificial, a coger bien al pequeño Leo en su regazo y a engancharlo al pecho de la manera correcta para que no le haga daño.
En unos días mamá tetilla y pelucho están perfectamente acoplados. Por delante muchos meses para disfrutar de una lactancia de éxito y de esa complicidad e intimidad única que se produce entre madre e hijo. Ni una sola grieta en el pecho, ni un solo dolor, muchos buenos momentos pero también momentos difíciles y algunas críticas. Porque no todo son ventajas aún cuando logras una lactancia de éxito.
Amamantar a tu bebé no es una obligación
Este es el primer punto esencial que debes tener claro. La decisión es tuya, y digo solo tuya, al menos esta es mi opinión. Puede ser de gran ayuda compartirlo con tu pareja y tomar juntos la decisión pero tú eres la principal responsable y protagonista cuando se trata de decidir si vas a dar o no el pecho a tu bebé.
Muchas de nuestras madres no dieron el pecho a sus hijos o lo hicieron solo algunas semanas. Vivieron el bum de las leches de fórmula y todo parecían ventajas. A día de hoy ni instituciones ni científicos ponen en duda que la leche materna tiene propiedades únicas e inimitables que se van adaptando al desarrollo de tu bebé en cada momento, e incluso propiedades inmunológicas y curativas cuando está enfermo. En definitiva la leche materna es mejor que la leche de fórmula pero ¿distinguirías entre tus amigos adultos y sanos quién de ellos ha sido alimentado con leche materna y quién con leche de fórmula?
Yo decidí dar el pecho porque me gustó la experiencia, porque quería y pude hacerlo y he sido feliz con la decisión pero no eres una mala madre si decides no hacerlo. Si tu bebé está bien alimentado y goza de todos los cuidados necesarios también crecerá sano y fuerte con leche de fórmula»
Lo que sí puedo afirmar es que Leo no ha faltado ni un solo día a la guardería y es un niño muy feliz. Personalmente creo que la lactancia materna ha influido en ello pero no lo puedo asegurar en absoluto, quizá las razones sean otras o quizá sea una mezcla de muchos factores. En cualquier caso aunque así fuera hay otras muchas circunstancias a tener en cuenta antes de tomar la decisión.
En ocasiones, por desgracia, será nuestro trabajo y las malditas e injustas bajas maternales, leyes que son una vergüenza en países como España, las que nos obliguen a decidir, ojalá este no sea tu caso.
Lactancia materna y conciliación
La conciliación es un punto importante que puede que influir mucho en la decisión de amamantar o no a tu hijo. Para mi es uno de los grandes inconvenientes de la lactancia. Si quieres darle el pecho a tu hijo y quieres volcarte nadie lo puede hacer por ti. Son muchas horas en las que no hay sustitución posible. Estarás sola y en algunos momentos te sentirás utilizada y convertida en un auténtico surtidor de leche. Creo que Leo durante un tiempo ni me veía, yo para él solo era una gran y apetitosa tetilla, una Mamá Tetilla.
Te puedes sacar leche, congelarla y dársela en biberones. En este caso podrás dársela tu, o delegar en su padre o en cualquier otra persona de confianza pero te perderás, para mi, una de las mejores partes de lactancia materna: esos momentos de contacto madre-hijo, esa sensación de paz y bienestar y de compenetración única que sólo se viven cuando estás amamantando a tu hijo en tu regazo. Esa para mi es la verdadera lactancia materna.
Además, sacarse leche no es siempre tan fácil, yo lo intenté al incorporarme a mi trabajo y no salió bien. Leo solo quería la «teta» de mamá, no quería ningún sucedáneo. Estoy segura de que antes de morir de hambre habría tomado leche del biberón, ya fuera mi leche o leche de fórmula, pero no lo quise, preferí estar a su lado y seguir siendo yo la que lo amamantara.
En estas condiciones la conciliación no es nada fácil, hombres y mujeres no estamos en igualdad de condiciones, y las bajas maternales no son precisamente de gran ayuda. En mi caso pude dejar mi trabajo y comenzar una gran aventura, la aventura Cleoveo. Logré hacer realidad lo que más anhelaba: estar cerca de mi hijo y trabajar en lo que realmente me gusta, un proyecto de diseño propio, una prenda ideal para él, los monos para bebé Cleoveo.
Pero esto no siempre es tan sencillo y aún en el caso de serlo el camino es duro. Sientes que tu pareja no se implica lo suficiente cuando en muchos casos no puede hacer mucho más. Al final tu tienes que estar ahí día y noche porque eres la portadora de alimento y sueño para tu bebé, las dos partes esenciales de su vida durante los difíciles primeros meses. Para qué vais a quedaros los dos sin dormir cuando el bebé solo te necesita a tí, para qué vais a quedaros los dos en casa cuando la única imprescindible eres tú.
Todo ello a veces desemboca en tensiones de pareja, crisis o incluso rupturas evitables en el peor de los casos. Nosotras lo pasamos mal pero para ellos también es complicado. Tu pareja antes era el centro, lo más importante para ti pero de repente pasa a un segundo plano. En definitiva, también para ellos son muchos cambios que asumir y al no poder implicarse más se sienten desplazados, perdidos e incluso olvidados.
Consejos para lograr una lactancia de éxito
Toda esa mañana recibiendo tan buenos consejos de mi amiga enfermera tras el parto fue vital para lograr una lactancia de éxito. Parecen cosas obvias que deberíamos saber por puro instinto materno pero no siempre es así. De no ser por ella hubiera sufrido una dolorosa mastitis y puede que hubiera dejado de dar el pecho a mi hijo antes casi de empezar.
Creo que este es uno de los principales problemas hoy en día, tenemos más información de la que podemos asimilar y sin embargo en muchos casos estamos más solos que nunca. En los hospitales todo está protocolado, no hay hueco para la improvisación y si no das con una buena enfermera o matrona dispuesta a ayudar puede que no te expliquen nada, esa no es su función. Dónde está esa amiga, hermana o vecina que ha pasado por lo mismo que tú hace poco y te puede ayudar. En muchos casos no tenemos esa ayuda cerca o no nos atrevemos a pedirla.
Por ello te doy algunos consejos que a mi me sirvieron de gran ayuda:
La Presión Inversa Suavizante o PIS
El PIS es una técnica que debes poner en práctica en esos primeros días de lactancia cuando te sube la leche y tus pechos están tan duros que el bebé no es capaz de mamar. Es muy fácil ponerla en práctica y para mi fue la salvación. No cometas el error de sacarte leche con el sacaleches porque lo que lograrás es el efecto contrario, tu pecho producirá aún más leche y no se ablandará. Sin embargo con esta sencilla técnica tu pecho se irá adaptando a la demanda del bebé y evitarás esas peligrosas durezas que pueden acabar en una dolorosa mastitis. En este artículo del blog Bebés y más tienes todo lo que necesitas saber sobre la Presión Inversa Suavizante para evitar la ingurgitación mamaria.
No hagas demasiado caso a las teorías
La lactancia no es una metodología científica exacta, cada caso es diferente y la mejor teoría te la dará tu propia experiencia. Por poner un ejemplo, según mi cuñada no podías dar los dos pechos en la misma toma, su pediatra le había indicado de forma clara que sólo debías dar uno por toma para que el bebé lo terminara y llegase a la parte final, la parte con más sustancia. De lo contrario no engordaría. Yo lo hice al revés y Leo en cada revisión pediátrica superaba con creces los mejores baremos de peso y altura.
Escuchar diferentes opiniones o experiencias puede ser un buen punto de partida y una gran ayuda pero tómalo como eso, un punto de partida a partir del cual elaborar tu propio método, el que a ti te funciona mejor y con el que te sientas más cómoda.
Cuida tu pecho
Para mi esto fue algo esencial. Tenía mucho miedo a las grietas y desde el primer día cuidé mi pecho hidratándolo después de cada toma con la leche sobrante, utilizando buenas cremas como Purelan de Medela y hasta con areolas mamarias de cera de abeja ecológica. Quizá mi pecho estaba predestinado para ello pero te puedo asegurar que no he sufrido ni un solo problema en más de 2 años de lactancia.
Cuídate
Dar el pecho a tu hijo supone hacer algunos pequeños sacrificios: no debes tomar alcohol y la mayoría de los medicamentos están contraindicados. Además la lactancia es una fuente importante de desgaste por lo que debes cuidarte, alimentarte bien e incluso tomar algún complemento para evitar descalcificación y pérdida de nutrientes. Yo después de 2 años sigo tomando Natalbén Lactancia pero hay otros muchos que cumplen la misma función. Consúltalo con tu médico.
Toma una postura adecuada
La espalda es uno de mis puntos débiles y ha sufrido lo suyo con la maternidad. Es importante que adoptes una buena postura a la hora de dar el pecho a tu hijo porque en muchos casos vas a estar mucho tiempo en la misma posición. No mantengas los brazos en tensión para sujetar al bebé, busca un buen cojín o una silla cómoda con reposabrazos. A veces un cojín de lactancia es una buena solución, para mi lo fue, pero tengo amigas que nunca lo han utilizado.
También es importante poner al bebé en una buena postura, sobre todo durante las primeras semanas hasta que la lactancia esté bien instaurada. Y sobre todo que se coja bien al pecho tomando no solo el pezón sino cubriendo la mayor parte posible de la aureola para evitar grietas. En este artículo de Alba Lactancia encontrarás buena información sobre las mejores posturas para amamantar.
Lactancia mixta
La pediatra me dijo que si no quería perder la lactancia materna no le diese a probar biberón a mi bebé. Que si se acostumbraba a la tetina del biberón luego no sabría agarrarse de nuevo al pecho. No hay nada más falso. Sí es verdad que conviene esperar unas semanas a que la lactancia esté bien instaurada pero a partir de ese momento puedes realizar una lactancia mixta y acostumbrar a tu bebé a mamar del pecho y también a beber biberón ya sea con tu leche o con leche de fórmula.
De lo contrario, cuanto más esperes a darle biberón más difícil será realizar la transición o alternar uno y otro método. Con Leo esperamos demasiado tiempo a probar y jamás hemos sido capaces de que se tome un biberón. Probamos con todas las tetinas existentes en el mercado pero fue imposible. Pasó de la «teta» de mamá, que sigue tomando, al vaso corriente de adulto.
Disfruta de la lactancia
La lactancia no puede ser un sacrificio insufrible y doloroso. Si es así intenta ponerle remedio o buscar consejo, pero si no encuentras solución déjalo, la maternidad ha de ser una buena experiencia para ambos y tu bebé también notará esa tensión. No eres una mala madre por no dar el pecho a tu hijo, lo importante es que él crezca sano y tanto él como tú estéis a gusto.
Comentarios que duelen
Sobre lactancia hay muchas opiniones a favor y en contra, es un tema que genera mucho debate. Actualmente hay dos puntos clave de polémica: madres que deciden no dar el pecho a sus hijos, ni siquiera durante las primeras semanas, y aquellas que prolongan la lactancia más allá de los 6 meses. Tanto unas como otras son fuertemente criticadas.
En el primero de los casos conozco ejemplos reales de madres que han sufrido críticas e incluso rechazo en algunos hospitales por pedir la medicación necesaria para evitar la subida de la leche. A estas madres se las llega a tachar de egoístas e incluso se les acusa de no querer lo suficiente a sus hijos.
El segundo de los casos lo he sufrido yo misma. Leo pronto cumplirá 2 años y medio y continúo dándole el pecho. Cada vez me cuesta más reconocerlo abiertamente, por no hablar de amamantar en público, y no falta el día en el que alguien me critique por ello. Duele, no te voy a decir que no, sobre todo cuando los comentarios vienen de familiares cercanos de los que esperas apoyo. Pero cuando ves que tu hijo es un niño perfectamente normal, además de muy feliz y tu sigues a gusto con la decisión, lo que digan los demás no debe importarte.
¿Lactancia prolongada hasta cuándo?
Por qué prolongada, cuándo una lactancia es considerada como prolongada. ¿A partir de los 9 meses ya te estás pasando de la raya o es a partir de los 18? La OMS recomienda la lactancia exclusiva hasta los 6 meses y complementada como mínimo hasta los 24. Por ello se suele considerar lactancia materna prolongada a la que perdura por encima de esos dos años mínimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo esto solo es un mínimo y no hay razón para realizar el destete al llegar a esta cifra.
Dicho esto, una lactancia puede y debe durar hasta que madre e hijo lo decidan y puede ser perfectamente normal mantenerla hasta los 6 o 7 años de edad. No existe ningún dato que demuestre que pueda ser perjudicial para la madre o para el niño. Es más, según el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría, un destete a los 6 o 7 años de edad sería un parámetro adecuado a las características de nuestra especie.
Además, amamantar pasados los 2 años suele ser mucho más sencillo. La lactancia está plenamente instaurada, los niños son capaces de comunicarse y entender las reglas y ya no tienes esa presión inicial que te hace sentir que eres un sustento imprescindible para tu hijo. Sigues dándole un alimento de gran calidad que nutre, hidrata, protege, consuela y calma pero ya no te preocupa que se salte una toma o que no tome lo suficiente. El único problema a partir de los 2 años son las presiones externas y la incomprensión de nuestro entorno. Ojalá también esto se resuelva pronto.
El destete
Del destete no te puedo hablar porque todavía no he llegado a ese punto. Lo ideal sería que Leo pronto decidiese que ha llegado el momento de dejar la tetilla de mamá, eso sería lo más fácil para ambos. No te voy a negar que es algo que me planteo casi cada día y personalmente no me veo dándole el pecho con 6 años, creo que el momento de dejarlo está próximo a llegar.
En cualquier caso me gustaría no tener que tomar yo la delantera en contra de su voluntad. Quizá espere unos meses más y pruebe a ir dejándolo poco a poco. Espero que no se convierta en un momento difícil, me daría pena acabar mal algo que empezó tan bien y que hemos disfrutado tanto. Lo que puedes estar segura es de que te lo contaré en alguno de mis artículos.
Información fiable sobre lactancia
Como te decía al principio del artículo soy una madre que ha experimentado una lactancia «prolongada» y que sigue gozando de ella pero no soy una experta en el tema. Por ello en este apartado no tengo dudas en redirigirte al blog de otra mamá que sí ha estudiado el tema en profundidad y ha entrevistado a verdaderos expertos del sector: Diana Oliver de Marujismo.com. En este artículo Diana ofrece recursos útiles y fiables sobre lactancia materna y en su categoría Lactancia encontrarás otros muchos artículos de gran calidad que resolverán tus dudas, te dejo en buenas manos.
Espero haberte podido ayudar, aquí puedes dejar todos tus comentarios, opiniones o dudas. Si prefieres contactar conmigo de forma privada lo puedes hacer escribiéndome a contacto@cleoveo.es. Por cualquiera de las vías te responderé con la mayor rapidez y honestidad.
Ante todo disfruta de tu maternidad y un fuerte abrazo.
Qué bien lo explicas y que cierto todo. Cada mujer vive su propia lactancia, si así lo decide, y es un error compararse con otras mamás. También cada bebé es de una manera.
Antes de dar el pecho pensé que no me iba a gustar, que lo haría por mi niña nada más; ¡Y que lejos de la realidad! La experiencia es preciosa y las endorfinas se ocupan de que disfrutes de ello. Dí a mi niña lactancia exclusiva hasta los 6 meses, y todo fué de maravilla. A partir de entonces me reincorporé al trabajo y combinamos lactancia materna con fórmula. A Eva no le costó nada, a mamá un poquito más, pero poco también. Nos quedaba la del mediodía y la de la noche que eran todas nuestras (y combinaba la teta con el biberón de maravilla)
Cuando llegó el verano, y a un par de Semanas de que Eva cumpliera el año, decidí que era el momento de dejarlo. Ya tenía poca leche, y como pensaba pasarme el verano de aquí para allá, no iba a poder darle el pecho a gusto en nuestro sitio, como lo hacíamos en casa. Me parecíó el momento. Eva nunca me ha pedido teta desde el día que lo dejamos, y yo en dos días ya había perdido la leche y estaba todo normalizado.
Ahora ya puedo tomarme un vino por la noche con mi marido (y yo creo que a él le ha gustado mas que a mí ) y nosotras seguimos teniendo nuestro momento nocturno y de siesta, con mimitos y canciones.
Hola Sara, ¡muchas gracias por tu comentario! Tienes toda la razón, yo creo que muchas veces nos cuesta más dejarlo a nosotras que a ellos, esas endorfinas nos mantienen drogadas 🙂 Saber que para Eva fue tan fácil de asimilar es una alegría. Yo en algún momento he de tomar la decisión y me gustaría que fuera así de sencillo.
Leo es mayor y más consciente de todo, está fascinado -enamorado de la tetilla de mamá, temo que no sea tan fácil, pero como dices seguro que las endorfinas de mamá tienen mucha culpa.
Un fuerte abrazo Sara, disfrutad del verano y dale un besazo a esa preciosidad de niña
¡Muy buenas consideraciones sobre la lactancia materna!
No cabe duda de que se trata de una época importantísima para el desarrollo del peque, motivo por el que debes adquirir todo lo necesario para llevarla a cabo correctamente.
¡Un saludo!
Como dices, no cabe duda 🙂
Gracias por tu comentario
¡Otro saludo para ti!