Qué tienen los bebés que siempre huelen tan bien. Soy incapaz de definir su olor, ojalá pudiera describírtelo con todo detalle para que lo sintieras como lo siento yo ahora mismo. Me he vuelto adicta a él, al olor de ese pequeño que ya empieza a captarlo todo y del que no me puedo separar.
Encerraría ese aroma en un elaborado frasco de perfume para poderlo tener siempre reciente y a mi lado pero seguro que entonces perdería su esencia, porque un bebé huele a fresco, un bebé huele a libertad.
Un bebé huele a tiernos besos, a piel aterciopelada y limpia, a vida, a sueños e ilusiones, a risas y entusiasmo, a flor recién abierta con delicadas gotas de rocío, huele a mordisco de tarta casera, -pero de esas artesanales que son todo salud, de esas sin calorías malas-, huele a paréntesis tranquilo y a tiempo sin prisas.
Ese olor del que ninguna madre puede prescindir, ese que activa nuestras endorfinas, nuestra hormona de la felicidad, ese que nos hace sentir tan bien, qué sabia es la naturaleza. Parece que todo está pensado, parece que todo tiene una explicación científica.
Sus glándulas sudoríparas aún no están desarrolladas y eso explica su no olor, eso los hace diferentes. Del resto se encargan las cremas, colonias y nuestro gran amor pero qué más da, porque está ahí y es real. Solo nos queda atraparlo para que nunca desaparezca…
Gracias Mariví Lastra, telas divinas, por inspirarme este pequeño artículo y por darme una gran idea que pronto podréis probar con nuestros diseños Cleoveo, un fuerte abrazo.
Y tu bebé ¿a qué huele? ¿Cómo lo describirías? Por ahí dicen que a vainilla, muchas veces a aguas perfumadas de bebé pero ¿has probado a echarte tú su colonia? No huele igual, ellos tienen algo, ese algo que los hace únicos… Me encantaría saber a qué huele tu bebé : )
Como siempre. ¡¡¡Que bonito, tierno…!!!. Los bebés huelen a proyectos, a futuro. A raíces. A felicidad.
Sí, ¡a raíces y a felicidad! Muchas gracias, es un artículo que no tenía previsto escribir pero es de esos que se cruzan en el camino y salen solos recordando momentos que no se olvidan… Un abrazo
Ya lo tengo un poco lejos en el tiempo, pero soy capaz de recordar el aroma de mi hijo bastante bien. Nuestro cerebro recuerda mucho mejor los aromas que las imágenes.
Me gusta el aroma que recuerdo. Me hace sentir bien.
Muchas gracias por compartir este artículo, Cristina.
Un abrazo.
Sí, son recuerdos que quedan para siempre, los mejores recuerdos. Gracias a ti Mariví 🙂 Un fuerte abrazo